Elizabeth Bathory
Es una de las pocas mujeres que asesinó de una manera tan cruel a
cerca de 650 niñas.
Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa
sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se contentaba de
beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos, sino que
se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al paso
de los años.
La belleza que la caracterizaba se iba
degradando, y preocupada por su aspecto físico pidió consejo a la vieja
nodriza. Ésta, le indicó que el poder de la sangre y los sacrificios
humanos daban muy buenos resultados en los hechizos de magia negra, y le
aconsejó que si se bañaba con sangre de doncella, podría conservar su
belleza indefinidamente.
Su primera víctima: una joven sirvienta que la estaba
peinando, cuando accidentalmente le dio un tirón. Én
un ataque de ira le dió tal bofetada que la sangre de la doncella
salpicó su mano. Al mirar la mano manchada de sangre, creyó ver que
parecía más suave y blanca que el resto de la piel, llegando a la
conclusión que su vieja nodriza estaba en lo cierto y que la sangre
rejuvenecía los tejidos. Con la certeza de que podría recuperar la
belleza de su juventud y conservarla a pesar de sus casi cuarenta años,
mandó que cortasen las venas de la aterrorizada sirvienta y que metiesen
su sangre en una bañera para que pudiera bañarse en ella.
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